Seguidores

sábado, 7 de mayo de 2011

Extraños en la noche de Iemanjá (fragmento)



El monito, macaco, macaquinho, como se prefiera llamarlo fue visto por la playa por un niño. En la "mano" tenía un papel. Varias personas corrían detrás de él, contaba el niño, pero fue inútil. El macaco corría más velozmente que sus seguidores. El mono sonreía después de arrojar el papel al mar.
Entretanto, Mariana se entretenía en el lujoso hotel del acantilado revisando los objetos, la ropa del pasajero de la habitación número nueve.
¿Qué secreto del muerto, Willy Agastizábal, se había ido en el papel que arrojó el mono al mar?
Eso se lo preguntaría la detective después, varias horas después...

(c) Araceli Otamendi - Todos los derechos reservados

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente esta nota